Guía de Italia

¡Por supuesto! No nos vamos a engañar, está claro que los precios están por las nubes, tanto para Italia como para cualquier otro lugar, pero aún se puede conseguir algo. Aunque las principales ciudades turísticas como Roma o Venecia pueden ser más caras, hay muchas formas de reducir los gastos, como reservar con antelación vuelos y alojamientos, utilizar transporte público o alquilar bicicletas para moverse. Quizá el mayor ahorro lo vas a encontrar si evitas los restaurantes turísticos y optas por trattorias locales o bares no tan turísticos.

El país entero es un imprescindible. Pero bueno, por acortar un poco la lista, te diría que no te pueden faltar Venecia, Roma, Florencia o Milán y el cercano Lago di Como. Si buscas paisajes que quiten el sentido, tu sitio está por la Toscana o por los impresionantes Dolomitas.

La mejor época para viajar a Italia es durante la primavera (abril a junio) y el otoño (septiembre y octubre), cuando las temperaturas son agradables y las multitudes son menores en comparación con los meses de verano.

¡De todo! Italia es un paraíso gastronómico y su cocina varía según la región. Entre los platos más populares y que todos conocemos se encuentran la pizza napolitana, especialmente famosa por su masa fina y su sabor auténtico, y la pasta en todas sus formas, como los spaghetti alla carbonara, las lasañas o los raviolis. No puedes perderte los gelatos artesanales ni los tradicionales cannoli sicilianos (rellenos de crema de pistacho). Además, cada región tiene especialidades locales, como el risotto en el norte o la focaccia en Liguria. Y, por supuesto, acompañar cualquier comida con un buen vino italiano, ya sea un Chianti o un Prosecco, es casi obligatorio para una auténtica experiencia italiana. Para por las tardes, un buen Spritz como aperitivo te va a hacer un autentico local.